2002 Place

San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.

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SEMBLANZA MONOGRAFICA

Romeo Domínguez

El Estado de Chiapas se encuentra ubicado al sureste de la república mexicana; limita al norte con el Estado de Tabasco; al este con la república de Guatemala; al sur y suroeste con el océano pacífico y al oeste, con los Estados de Veracruz y Oaxaca. Cuenta con una extensión territorial de 73 887 km2. Chiapas está conformada por 110 municipios, divididos en nueve regiones.

La carretera Panamericana, principal vía de comunicación terrestre, comunica a Tuxtla Gutiérrez, Comitán, Venustiano Carranza, Ocoslngo y San Cristóbal de Las Casas.

Chiapas tiene una población de 321 O 469 habitantes, compuesta principalmente por tzeltales y tzotziles. Las actividades productivas más Importantes de la región, son la agricultura de autoconsumo, basada en el cultivo de papa,  hortalizas y frutales; la recolección y venta de productos forestales, leña, carbón, madera, entre otras.

Las condiciones naturales de altitud, relieve y cuerpos de agua. Influyen en las modificaciones y variantes climáticas del Estado. Respecto al régimen pluvial. La característica más destacada es la alternación de una estación lluviosa con una seca. Existe una disminución en la Intensidad de lluvias durante julio y agosto. Conocida como "canícula" o "veranito de San Juan".

Las características anuales de temperatura y precipitación definen la estación lluviosa del verano y parte del otoño. Temporada en que se registra ochenta por ciento de la precipitación total. La temperatura media anual es de 12 a 18 grados centígrados.

ASCENSO A SAN CRISTOBAL

Jan de Vos

Todos los caminos que llevan a la antigua capital de Chiapas, son de subida, a veces suave, a menudo abrupta. Así lo experimentaban los viajeros en el pasado y lo viven los turistas hoy. Salir de las tierras bajas, húmedas o áridas, pero siempre calurosas que se extienden alrededor del macizo central de los Altos, será ascender a ella.

A medida que aumenta la altura, va creciendo la frescura del aire, el verdor del campo y la fragancia de los pinares; más allá de las neblinas se abre un cielo bañado de luz transparente o atravesado por nubes majestuosas.

Cuenta Bernal Díaz del Castillo que los conquistadores llegaron por primera vez al valle de Jovel (Hierva Larga), subiendo la  serranía desde el río Chiapa, pasando por los pueblos de Ixtapa y Zinacantán.

El cronista dominico Fray Tomás de la Torre describe su viaje a San Cristóbal de las Casas. Narra como un grupo de misioneros, desembarcó en la costa de  Campeche y de allí emprendió el largo y trabajoso viaje por los pantanos de Tabasco, las montañas de los zoques, rumbo a los altos y la espantosa cuesta de Tapilula  “que subimos a las veces en pie, a las veces a gatas “.

Cuarenta años después, en 1586, Fray Antonio de Ciudad Real, fraile franciscano, viaja a San Cristóbal cómodamente montado en una mula. Este fraile describió las dos maneras que entonces existían para alcanzar, desde Guatemala, el Istmo de Tehuantepec y de allí  seguir hacia el altiplano mexicano; o bien, por el valle del Grijalva Superior, pasando por los aún prósperos poblados de La Coapa, Copanaguastla y Chiapan; o bien, por los llanuras de Comitán, subiendo suavemente desde el citado lugar al pueblo vecino de Teopisca y de allí, por una vereda arbolada de agradable ver y andar, al fresco valle de Jovel.

Otro camino a San Cristóbal, era la vía de comunicación que conectaba la capital de la alcaldía mayor de Chiapa con las cabeceras de los vecinos Tabasco y Campeche. Para el viajero que partía de la costa del golfo rumbo a las tierras de la Audiencia de Guatemala, la puerta de entrada, era forzosamente El Palenque, primer pueblo de la jurisdicción chiapaneca, a duras penas arrebatado a la vegetación tropical de la inmensa selva de El Lacandón. De allí uno emprendía el dificultoso ascenso a los Altos, pasando por los pueblos de Tumbalá, Tila, Yajalón, Chilón, Sitalá, Cancuc y Tenejapa.

Todas estas vías de acceso eran de trazado prehispánico y no llegaban al valle de Jovel, sino a la antigua ciudad Indígena de Chiapan, ahora Chiapa de Corzo, principal centro comercial y político de la región.

Una vez fundada la villa española, el gobierno español, desvió las veredas hacia el valle de Jovel y convirtió las principales de ellas en caminos reales. A mediados del presente siglo, se sobrepuso en aquella tradicional red de comunicación terrestre, la nueva que hoy conocemos.

Hoy el turista puede acercarse a San Cristóbal desde cuatro puntos diferentes: desde la Ciudad de Tuxtla Gutiérrez, por la carretera panamericana, que vence, en menos de ochenta kilómetros, una altura de más de mil quinientos metros, atravesando varios pisos ecológicos, Desde la ciudad de Comitán, por un camino que ha podido conservar parte de su anterior encanto de vereda forestal. Desde la ciudad de Villa Hermosa, ya sea por la carretera que atraviesa los restos de la antaño exuberante Selva Negra o por los municipios de Palenque y Ocosingo, ambos dotados de atracciones naturales e históricas de excepcional belleza

Sin duda alguna, la mayor atracción es la presencia de los múltiples pueblos y parajes de indios mayas que continúan cultivando su recia identidad al margen de las cuatro vías de asfalto que cruzan su territorio. El turista que sepa viajar, se tomará el tiempo para interrumpir el recorrido común y corriente; irá en busca respetuosa de la vida diaria y festiva de esos hombres, mujeres y niños, quienes pertenecen a otro universo que el “mundo maya” recién inventado y acomodado a las exigencias del vaivén de las masas; estas pasarán de largo, sin alterar la existencia de los campesinos indios, ya que ellos no suelen descubrir sus penas y alegrías ante la mirada ajena de la gente que viene de paso, con prisa y por montones; el Chiapas profundo no se vislumbra desde la ventana de algún hotel o posada en la ciudad de San Cristóbal, se esconde a la vera de los caminos que ascienden a ella.

DEL SUEÑO DE 1524 A LA REALIDAD DE LOS NOVENTA.

Una historia urbana

Andrés Aubry

El lunes de la pascua de resurrección de 1524, los compañeros de Bernal Díaz del Castillo regresaban del asalto a Chamu!a e instalaban su campamento junto al río Amarillo. “pusieron en platica que sería bien poblar allí una villa”; así nació Ciudad Real cuatro años más tarde, con otros soldados capitaneados por Diego de Mazariegos, pero, el sueño de los conquistadores no congeniaba con el proyecto de los tzotziles, quienes, en el transcurso de los siglos, habían edificado ya unos quince conjuntos arquitectónicos mayas en el valle; desde aquel momento, la vieja Chiapa prehispánica se partió en dos hemisferios sociales: La Chiapa de españoles (hoy San Cristóbal, que será la capital colonial) y la de indios (hoy Chiapa de Corzo), dando así su nombre plural al estado.

Estos dos sueños encontrados explican el destino de esta sociedad dual, cuya tensión -hoy todavía discernible- se resolvió en sus inicios por la creación de un anillo de barrios indígenas que guarecían como escudo humano el casco urbano de los españoles. Para pacificar a estas dos poblaciones antagónicas, se dispusieron tres monasterios (mercedario, dominico y franciscano) entre el centro hispano y la periferia indígena, pero, antes de que naciera el último convento, el primer obispo efectivo, llegado en 1545, el dominico Fray Bartolomé de las Casas, optó por el sueño de los mayas y, en consecuencia, padeció el rechazo de los conquistadores. Cuatro siglos y medio después, la multiforme resistencia indígena, con su cuota de represión y maltrato, y los cuestionamientos a la iglesia popular de la diócesis de San Cristóbal, manifiestan que el conflicto no se ha resuelto del todo.

El sueño español de 1524 revelaba una evidente voluntad urbana, durante sus dos primeros siglos, la ciudad luchó contra las inundaciones, los sismos y el aislamiento que la marginaba en los confines, en ese momento fundador, se creó terca y obstinadamente la ciudad mudéjar que postulaba que el indígena era el nuevo moro, hasta que se rebelara en 1712, desde el pueblo de Cancuc; fue cuando se liberaron los créditos de la Corona para urbanizar formalmente a San Cristóbal y construir sus monumentos barrocos; sin embargo, en aquel momento, la conquista estaba ya tan lejos en el tiempo como España en el espacio, de tal forma que, entre indígenas de varias etnias, esclavos negros de muchas procedencias, y lejanos descendientes de los españoles, surge un pueblo nuevo: Nace la ciudad criolla.

Ahora, ya no son solamente los nativos quienes rechinan contra el dominio español de los alcaldes mayores que los gobernaban, sino también la nueva población criolla, su principal portavoz será de nueva cuenta un hijo de Las Casas: Un amigo criollo de Joaquín Miguel Gutiérrez, el dominico Fray Matías de Córdoba; promulga pacíficamente la independencia (1821), sin derramamiento de sangre, descolgando a Chiapas del reino de Guatemala para agregarlo a la república mexicana (1824).

En ese nuevo momento urbano, siguen las inundaciones y los sismos, además de plagas y epidemias como en los siglos XVI y XVII, y surgen también nuevos obstáculos, ya no físicos sino políticos, que van forjando la conciencia ciudadana: eternos conflictos entre conservadores (centralistas) y liberales (federalistas) ajustando sus cuentas con las armas (hasta 1861): luego la guerra anti-intervencionista (en Chiapas 1861-1864) que bombardeara dos veces la ciudad y finalmente la lucha anti-reeleccionista (1866-1876), también con combates episódicos. La ciudad se iba vaciando porque reinaba el miedo: la población emigró hacia los ranchos, hasta que un combatiente de todas esas luchas, el general Miguel Utrilla, accediera a la gubenatura e instaurara la paz (1879-1883). Es cuando su urbanista neoclásico, el ingeniero Carlos Z. Flores, moderniza la ciudad, remodela algunos monumentos, viste las calles con portones dóricos y ventanas toscanas, siembra los parques con jardines y kioscos, esta brillante empresa urbana se interrumpe en 1892 cuando los poderes se trasladan a Tuxtla.

En la revolución, San Cristóbal se equivoca de bando porque quiere recuperar su estatus de capital del estado y conservar sus fincas de peones acasillados, al triunfar la revolución, las ambiciones de los sancrlstobalenses son castigadas; los que quieren prosperar deben refugiarse en la colonia chiapaneca del D.F. El estancamiento de la ciudad por el exilio de sus élites inquieta al presidente Lázaro Cárdenas, cuya intervención en 1940, la reactiva con medidas económicas, educativas, sociales y agrarias que explican su repunte ulterior. En 1947, los bueyes que jalaban carruajes por malas brechas, ceden el paso a automóviles, porque, al fin, la carretera panamericana vincula San Cristóbal con el resto del país.

A partir de 1970, la ciudad duplica cada década, alcanzando hoy los 100 000 habitantes. Pero desde esa fecha, su crecimiento demográfico no obedece al saneamiento Cardenista sino, al contrario, a las frustraciones del campo porque los pueblos indígenas buscan cómo superar la crisis conquistando espacios urbanos. Con sus miles de desempleados, sus 47 fraccionamientos Irregulares (1993), un 35.30 % de indígenas y un 23.23 % de analfabetos (1990), San Cristóbal es otra ciudad, en la que una tercera parte de su gente intenta reconstruir sus vidas, desestabilizadas por la modernidad anárquica que la expulsa del campo.

UNA CRONOLOGIA DE SAN CRISTOBAL

900 Florecen sitios mayas del clásico tardío en el valle. Dos de ellos resistirán la conquista.

1524 Preconquista del capitán Luis Marín desde Coatzacoalcos con Bernal Díaz del Castillo.

1528 Fundación de la ciudad por el capitán Diego de Mazariegos, procedente de México.

1537 Fundación del Convento de La Merced.

1545 Llega Fray Bartolomé de las Casas con los primeros Dominicos; se convierte en el primer obispo de Chiapas.

1577 Llegan los primeros Franciscanos; fundan un convento.

1595 Fundación del convento de las Monjas "El Carmen", las religiosas llegarán años más tarde.

1615 La población negra es tan consistente que necesita una iglesia propia: fundación de San Nicolás.

1681 Fundación del Colegio de los Jesuitas (Ios padres llegaron unos años antes).

1712 Rebelión tzeltal desde Cancuc.

1714-66 Toda la ciudad está sumida en obras: iglesias barrocas, puentes, pavimentación de calles y un camino del valle.

1773 Ruina (temblor) de la Antigua (Guatemala). San Cristóbal se convierte en la principal ciudad del reino en la región centroamericana.

1785 Una gran inundación destruye 346 casas. La ciudad se reasienta hacia las alturas de Guadalupe.

1799 Reconstrucción de barrios bajos; apertura de tres escuelas de primeras letras.

1813-21 Brotes de Insurgencia y declaración de independencia.

1823 El Chiapa libre es una república de Centroamérica.

1824 Votación por la anexión a México.

1826 Fundación de la universidad.

1838 Ataque guerrillero del federalista Joaquín Miguel Gutiérrez a la ciudad.

1842 Con diligencias del coleto Manuel Larrainzar, el Soconusco se reincorpora a Chiapas y por lo tanto a México.

1849-50 Fundación del Barrio de San Ramón.

1855-64 Sublevación de Ortega quien bombardea la ciudad. En reacción, sublevación femenina de la Noche Terrible; victoria liberal de Jonuta.

1866 Inicio de la lucha anti-reeleccionista con combate en Guadalupe.

1881 Inicio de la etapa neoclásica en la ciudad, principalmente en monumentos civiles.

1892 Traslado de los poderes a Tuxtla.

1902 Lluvia de ceniza del volcán Santa María.

1908 Primera electrificación.

1911 Guerra del Pajarito (la ciudad moviliza a indígenas para atacar Tuxtla).

1914-20 Llegada del ejército constitucionalista, promulgación de la "Ley de liberación de mozos", sublevación "mapache", a la que se incorpora el coleto Alberto Pineda: Los finqueros toman las armas.

1923-24 Después de una efímera alianza con Obregón, Pineda se subleva otra vez con el movimiento de la Huertista.

1934-36 Movimiento antirreligioso de los "quemasantos". Se inicia el tendido de la primera red de agua entubada.

1946 Inauguración del tramo Tuxtla-San Cristóbal de la Carretera Panamericana.

1974 Dos mil tzeltales, tzotziles, tojolabales y choles participan en la ciudad en el Primer Congreso Indígena Fray Bartolomé de las Casas.

1982 Crisis económica; refugio guatemalteco, auge del movimiento de expulsión indígena hacía la ciudad; lluvia de ceniza del volcán Chichonal.

1990 Duplicación de la población de 1980 (que había duplicado a la de 1970): 89.251 habitantes, con un crecimiento anual del 11%.

1993-94 Toma del Palacio Municipal de San Cristóbal de las Casas por el EZLN (Ejército Zapatista de Liberación Nacional).

1994 Diálogos de Paz en la Catedral de San Cristóbal de las Casas entre el gobierno y el EZLN.